Las claves del Mundial de Clubes

El Mundial de Clubes irrumpe en el escenario en medio de un calendario saturadísimo que está llevando a los jugadores al límite de sus fuerzas. El nuevo torneo planetario, que se disputará cada cuatro años, se dispone a celebrar su primera edición en Estados Unidos, país que acogerá entre el 14 de junio y el 13 de julio a 32 de los mejores equipos del planeta para dirimir un trono por el que pugnarán representantes de cada una de las seis confederaciones internacionales: AFC, CAF, Concacaf, CONMEBOL, OFC y UEFA. Entre ellos habrá dos escuadras españolas, Real Madrid y Atlético, seleccionadas en virtud de los méritos deportivos contraídos en las competiciones internacionales a lo largo de las últimas temporadas.

La FIFA, impulsora del proyecto, no ha reparado en esfuerzos a la hora de convertir el torneo en una fastuosa fiesta del fútbol, distribuyendo un estipendio de mil millones de dólares entre los 32 participantes y abonando un premio al campeón que puede elevarse a los 125 millones de dólares. Además, abrió una ventana especial para efectuar fichajes entre el 1 y el 10 de junio, previa al inicio de la competición, y otra adicional del 27 de junio al 3 de julio con el fin de que los aspirantes puedan fortalecer sus plantillas y aportar aún más espectáculo a una contienda que ha sido diseñada con un marcado espíritu comercial y que se perfila histórica para las marcas dentro de un gigantesco mercado publicitario como es Estados Unidos, país que acoge la cita como un especie de ensayo de cara al Mundial de selecciones que organizará el próximo año junto a Canadá y México. El torneo promete emociones fuertes porque tiene todos los ingredientes necesarios para hacer las delicias de los aficionados.

El Mundial de Clubes se inspira en la Copa del Mundo de selecciones para ofrecer un total de 63 partidos a lo largo de los 30 días durante los que se prolongará la competición.

Los 32 equipos participantes quedaron encuadrados en ocho grupos de cuatro componentes. Tendrán que disputar tres partidos durante la fase de grupos y los dos primeros clasificados de cada uno de ellos lograrán el acceso a la ronda de eliminatorias.

El 28 de junio se dará el pistoletazo de salida a los octavos de final, con dos partidos por día hasta que el 1 de julio quede completado el cuadro de cuartos con los emparejamientos de los ocho supervivientes que hayan logrado acceder a dicha instancia.

Aunque el carácter novedoso de la competición aumenta la incertidumbre sobre un torneo que irrumpe a final de temporada, son los equipos europeos quienes parten como favoritos para estrenar el palmarés del nuevo Mundial de Clubes. Real Madrid y Manchester City figuran entre los candidatos señalados para llevarse un título que podría servirles a blancos o 'cityzens' para salvar una temporada nefasta hasta la fecha, pero la reciente exhibición del PSG en la Champions coloca a la escuadra que dirige Luis Enrique como el principal rival a batir. Todo ello sin olvidar al Bayern, sempiterno aspirante a todo, o a un Chelsea que viene de levantar la Conference League.

Los astros más rutilantes del balompié se darán cita en el Mundial de Clubes con el objetivo de alcanzar un trono que puede tener un peso considerable a la hora de adjudicar los premios individuales más cotizados en el firmamento futbolístico, con el Balón de Oro y el The Best de la FIFA a la cabeza. Será una ocasión de oro para ver a Messi en el que probablemente será su último gran torneo a nivel de clubes. Con Cristiano Ronaldo ausente, el rosarino abanderará a una generación que está de salida y se encontrará con varios de los cracks que han recogido ya su legado para convertirse en los nuevos referentes de la industria. Es el caso de los madridistas Kylian Mbappé y Vinicius, del 'cityzen' Erling Haaland, del flamante campeón de la Champions Ousmane Dembélé o del rojiblanco Julián Álvarez. También de estrellas en ciernes como el argentino Franco Mastantuono o el brasileño Estevao. Y de figuras menos conocidas por el gran público como el marroquí Soufiane Rahimi o el coreano Jo Hyeon-woo que podrán lucir su calidad en un escaparate planetario.

El Inter Miami de Leo Messi, Jordi Alba, Sergio Busquets y Luis Suárez será el encargado de dar el pistoletazo de salida al torneo midiéndose el 14 de junio en el Hard Rock Stadium al Al Ahly. La competición terminará el 13 de julio con una final que acogerá el MetLife Stadium de Nueva Jersey, recinto que también será sede de las dos semifinales y de uno de los partidos de cuartos de final.

La competición hará desfilar a los 32 participantes por doce de los recintos deportivos más deslumbrantes de Estados Unidos, muchos de los cuales tienen el fútbol americano como su principal actividad pero que también cuentan con una larga relación con el balompié. Es el caso del Rose Bowl Stadium de Los Ángeles, que fue escenario de la final del Mundial de 1994 que entronizó por cuarta vez a Brasil tras superar a Italia en la tanda de penaltis.

Diseñado por la FIFA y elaborado en colaboración con la prestigiosa joyería de lujo Tiffany & Co., se inspira en las travesías de los pioneros, los discos de oro de las naves Voyager, la tabla periódica y la astronomía. Sus tonos dorados reflejan la búsqueda constante de la gloria. Muestra grabados de las 211 federaciones miembro de la FIFA, ilustraciones futbolísticas y texto en trece idiomas (alemán, árabe, chino mandarín, español, francés, griego clásico, hindi, inglés, italiano, japonés, latín, portugués y ruso) y en braille. Está fabricado en oro vermeil. En la cubierta se han grabado con láser elementos de la amplia historia y cultura del deporte rey, como imágenes de futbolistas, aficionados apoyando a sus equipos y la fecha de fundación de la FIFA. Un mecanismo de última generación permite transformar los tres anillos exteriores del majestuoso escudo en una impresionante forma esférica. El disco central funciona como base estable.

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