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Pasaban poco más de las diez de la mañana cuando las notas de la Prueba de Acceso a la Universidad eran colgadas en el portal de Educación de la Junta de Castila y León. Unos por llamada, otros por mensaje y, los más rezagados, a través de amigos o compañeros, conocían el resultado del examen de Selectividad. Atrás quedaban las noches en vela, las tardes de estudio en la biblioteca y las decenas de bolígrafos que habían perdido su tinta azulada por el camino.
Alea iacta est. La suerte está echada. Los jóvenes leoneses Diego Contreras Hernández y Esther de la Heras Martínez se convertían en los alumnos con las mejores notas de las pruebas, obteniendo un 9,913 y un 9,850, respectivamente. «Me quedé en shock, no me las esperaba para nada. Hice los exámenes, tenía buenas sensaciones…, pero fue una sorpresa absoluta», comenta Heras Martínez. «Estaba con mi hermano cuando me enteré, y tras eso, poco a poco, se fue enterando el resto de la familia. Algunos profesores me llamaron para felicitarme. ¡Estoy como en una nube!», añade la joven.
En el caso de Diego Contreras, se «encontraba más tranquilo». «Había quedado con unos amigos y fue al llegar a casa cuando empecé a recibir mensajes. A los profesores con los que tenía mayor trato les envié un mensaje, contándoles la nota que había sacado», transmite el joven leonés, que ya tenía claro, desde hace año y medio, lo que quería estudiar: Filología Hispánica en la Universidad de León (ULE). «Me considero un gran amante de la literatura, ya que estimo que la lengua es esencial para descubrir el mundo que nos rodea», revela Contreras Hernández. Reconoce, sin embargo, que «su primer amor, dentro de las humanidades, fue la historia». Y no, no quiere dejar de estudiar. Su mente es muy curiosa, y, probablemente, después de la primera carrera «vaya una segunda», comenta entre risas.
Esther de la Hera es una apasionada de «la ciencia y la investigación». Por ello ha decidido estudiar Biotecnología en la Universidad de León (ULE). «Estaba en la ESO, cuando una profesora, a la que tengo gran aprecio, me inculcó ese amor y pasión por el conocimiento de la ciencia y la curiosidad por lo desconocido y la investigación. Fue ahí cuando supe que quería estudiar biotecnología. Lo tuve claro», relata la joven leonesa, que no ha obtenido el segundo puesto en la mejor nota de la PAU 2025, sino que también ha conseguido la mejor nota definitiva (con ponderación del expediente del instituto: 40 por ciento PAU y 60 por ciento Bachillerato) y la mejor nota, incluyendo la fase voluntaria (escala 0-4).
La felicidad era compartida por las familias.
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