Así funcionan los 315 buzones donde 15.000 leoneses tiran la basura que viaja por el subsuelo

Caminar por el centro de León es hacerlo por parte de la historia más antigua de la ciudad. Cada calle, cada rincón y cada piedra esconden un pasado que muchos se esfuerzan por conservar. Para ello, muchas ciudades, entre ellas León, intentan mantener sus calles libres de mobiliario urbano que pueda entorpecer el tránsito y la visión de vecinos y turistas.

Y es que si caminas por las calles del barrio Húmedo quizá no te hayas dado cuenta de la ausencia de los tradicionales contenedores de basura. ¿Dónde tiran los vecinos del casco histórico de la ciudad sus residuos si no hay contenedores? Es la pregunta más repetida y la respuesta es más sencilla de lo que piensas.

Los hay, pero de otra manera. En su sustitución, existen unos buzones en los cuales los vecinos depositan sus bolsas de basura. Estos bocas funcionan no como los tradicionales cubos de basura que un camión tiene que recoger, sino que trabajan a través de una recogida subterránea.

Este sistema se conoce como recogida neumática y lleva instaurado en la ciudad de León desde el año 2002 en el barrio Húmedo y, también, en La Lastra.

Con una red de tuberías de 5,7 kilómetros, que recorren el epicentro de la ciudad hasta llegar al centro de tratamiento de residuos situado en la calle Campos Góticos, este sistema subterráneo reemplaza las múltiples recogidas diarias realizadas por la flota de camiones y transporta rápidamente los residuos desde los buzones hasta la central de recogida.

Existen dos tipos de bocas de recogida dependiendo de los residuos que se vayan a tirar. Por una parte se encuentran los buzones de 'envases' que tienen una pegatina amarilla y en los que se pueden depositar envases de metal, plástico, briks y embalajes de corcho o poliespán, chapas y tapas de metal, blíster, aerosoles, cajas de madera pequeñas, hueveras de plástico, film transparente o papel de aluminio. Y los buzones de 'resto y orgánica' de color gris en los que se puede depositar compresas y pañales usado, platos y vasos rotos, cepillos de dientes, restos de tabaco, polvo de barrer y bolsas de aspiradora, excrementos de animales domésticos, bolígrafos, llaveros, restos de fruta, verdura, carne y pescado, cáscaras de marisco, huevos y frutos secos, otros restos de comida, papel de cocina y servilletas de papel sucios o pequeños restos de jardinería.

Junto a estos buzones, en algunas zonas de la ciudad, también se puede encontrar una tercera boca destinada a la hostelería con una forma más cuadrada y con llave.

En el momento en el que alguien deposita un residuo en estos buzones, las bolsas se van quedando almacenadas en el conducto hasta que, llegados a un nivel marcado por la central, se abre la válvula y a una velocidad de 70 kilómetros por hora se succionan todas las tuberías de la misma fracción. De esta manera, y de forma independiente, los residuos nunca se mezclan.

Desde la central de recogida y a través de un programa informático se sistematizan las diferentes succiones dependiendo del nivel de residuos que se encuentren almacenados en la tubería. Cuando una de ellas llega al 80% se produce el vaciado completo de esa fracción. En cuestión de segundos, los residuos llegan hasta su tolva correspondiente (una amarilla para envases y otra verde para la fracción resto) en la central donde se van almacenando en forma de 'balas' compactadas para ser trasladadas al centro de recogida de residuos situado a las afueras de la ciudad.

Allí, en el centro de recogida situado en la calle Campos Góticos en el barrio de La Lastra trabajan cinco operarios que se encargan de supervisar que todo funcione correctamente y que ningún elemento extraño obstruya alguna de las tuberías. La ausencia de olor es otra de las cosas que pueden llegar a sorprender a todo aquel que descubra este lugar y eso es otra de las peculiaridades de este servicio. El aire contaminado que discurre por las diferentes tuberías hasta las tolvas se purifica a través de una sala con tres filtros de carbono que se cambian dos veces al año para garantizar la expulsión de aire puro hacia el exterior.

En el barrio Húmedo existen 75 buzones de recogida neumática, 41 de ellos de Resto y 34 de Envases mientras que en el barrio de La Lastra disponen de 240 bocas, 167 de 'Resto' y 73 de 'Envases'. Los 315 buzones se encuentran todos en funcionamiento y habilitados para su uso.

De esta manera, la recogida neumática sirve a 4.875 viviendas y más de 15.000 habitantes en la ciudad de León.

Pero no todos los tipos de residuos se pueden introducir en los buzones de recogida neumática. El vidrio es uno de los materiales prohibidos en este tipo de servicio ya que genera muchos problemas en las tuberías de succión. Al introducirlo a través de los buzones, este se rompe y cuando se efectúa la succión genera una fricción que va dañando la cubierta interior de las tuberías, llegando incluso a producir roturas.

El mantenimiento y la gestión de este servicio lo lleva a cabo la empresa Envac a través de un contrato con el Ayuntamiento de León a 5 años por un precio que asciende a 299.898,03 mas IVA.

A lo largo del año 2024 se recogieron más de una tonelada de basura siendo el mes de julio en el que más recogida se produjo con 102.64 kilos de resto y 7.600 de envases, seguido de octubre con 102.30 de resto y 5.960 de envases. Mientras que los meses de noviembre y agosto fueron los que menos residuos se generaron con 80.080 kilos y 77.880 respectivamente.

Un servicio que, por el momento, el Ayuntamiento de León no tiene previsto implementar en otros barrios de la ciudad por el alto coste inicial que conlleva, pero en el que sí se está estudiando la incorporación de un tercer buzón para la recogida de restos orgánicos y así poder garantizar un mejor reciclaje.

Un viaje necesario por el subsuelo de la ciudad para hacer de ella un lugar más limpio.

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